Creo no equivocarme cuando afirmo que a la gran mayoría de las personas nos encanta viajar. Es normal que existan también personas que contradigan esa afirmación y prefieran la monotonía y la comodidad. Sin embargo, como decía, para las personas que nos gusta explorar diferentes lugares, culturas y obtener experiencias nuevas, estamos de enhorabuena, ya que disfrutar de un buen viaje tiene muchos beneficios psicológicos.
La ciencia incluso ha querido estudiar estos beneficios y existen estudios como el publicado en el Journal of Positive Psychology que descubrió que el sentimiento de felicidad se encuentra en el registro de recuerdos y experiencias relevantes para nosotros, y cuya máxima expresión son los viajes.
Además, viajar puede usarse en algunas ocasiones como una forma de terapia, es decir, experimentar un viaje nos ayuda a enfrentar nuestros miedos, inseguridades, ansiedades o bloqueos que podamos estar percibiendo. Por lo tanto, podemos tener en cuenta dicha experiencia como una oportunidad de cambio y crecimiento personal.
Teniendo en cuenta todo esto, podemos encontrar innumerables beneficios, pero en este caso voy a sintetizar en tan sólo 10 los beneficios más importantes a tener en cuenta. Por último, indicar que cuando hablo de viajar, me refiero a cualquier tipo de viaje, desde visitar el pueblo de origen de tus abuelos dentro de tu provincia o de salir a visitar otro continente.
BENEFICIOS PSICOLÓGICOS DE VIAJAR
- Favorecen y aumentan nuestras habilidades sociales. Es una ocasión perfecta de conocer personas nuevas y hacer nuevas amistades.
- Ganamos perspectiva. Ampliamos nuestra forma de ver las cosas y la vida en general.
- Disminuyen los niveles de estrés y ansiedad. Cuando viajamos desconectamos de muchas de las presiones de nuestra vida diaria, lo que nos oxigena y nos ayuda a “recargar pilas”
- Nos encontramos con nosotros mismos. Descubrimos y nos damos cuenta de las cosas que son importantes para nosotros y para nuestra vida.
- Nos hace más felices. Realizamos actividades que nos gustan y aumentamos las experiencias positivas y los niveles de endorfinas, hormonas que aumentan la felicidad.
- Enfrentamos y disminuimos los miedos. Enfrentarnos a nuestros miedos es la mejor manera de superarlos.
- Aumentamos nuestra capacidad para resolver problemas. Nos obliga a salir de nuestra zona de confort y enfrentar experiencias a las que no estamos acostumbrados y en las que tendremos que decidir.
- Disminuimos los pensamientos negativos. Rompemos con nuestros pensamientos rígidos y combatimos los estereotipos y los prejuicios.
- Nos volvemos más tolerantes y flexibles. No solo con nosotros mismos, sino con los demás y con las diferentes culturas y formas de pensamiento.
- Favorecemos una mente más abierta. Ampliamos nuestra visión sobre la sociedad.
Autor: Jesús García Vélez.