La importancia de explicar la MUERTE a los niños

Desde hacía tiempo, el pato notaba algo extraño.

-¿Quién eres? ¿Por qué me sigues tan de cerca y sin hacer ruido?

La muerte le contestó:

-Me alegro de que por fin me hayas visto. Soy la muerte.

El pato se asustó. Quién no lo habría hecho.

-Ya vienes a buscarme.

-He estado cerca de ti desde el día en que naciste… Por si acaso.

-¿Por si acaso? – preguntó el pato.

-Sí, por si te pasaba algo. Un resfriado serio, un accidente… ¡Nunca se sabe!

-¿Ahora te encargas de eso?

-De los accidentes se encarga la vida; de los resfriados y el resto de cosas que os pueden pasar a los patos de vez en cuando, también.

“El pato y la  muerte” de Wolf Erlbruch.

 

La muerte es algo natural que forma parte de la vida al igual que el nacimiento. Todos los seres humanos tendremos que enfrentarnos a ella en algún momento de nuestra vida, ya que, por el simple hecho de nacer, tenemos el 100% de probabilidad de morir. Sin embargo, esta realidad tan inherente a nuestro día a día, nos cuesta y nos duele. Nos resulta muy complicado, a nosotros, los adultos, expresar nuestros sentimientos o ponerle palabras a los mismos, así que comunicárselo a los más pequeños resulta una tarea más complicada aún.

Desde el pensamiento de querer proteger a los niños de la muerte para ahorrarles sufrimiento, los apartamos de éste suceso vital y de gran importancia en sus vidas, dando explicaciones erróneas que solamente conducen al niño a la confusión, pudiendo generar, unido al dolor del evento, complicaciones o un duelo patológico en el cual habría que intervenir finalmente.

De hecho, cuando evitamos que los niños se enfrenten al sufrimiento, les hacemos un flaco favor, ya que se desarrollarán siendo más propensos a la frustración y no llegarán a adquirir las habilidades necesarias para afrontar situaciones similares cuando lleguen a la edad adulta o lo hagan con mayor dificultad.

Hoy en día la muerte ha perdido naturalidad, se considera un tema tabú del cual es mejor no hablar y las escuelas tienen pocos recursos para afrontarla y trabajarla. Además, a los adolescentes se les trata como adultos y creemos que manejan la información como lo haríamos nosotros.

Por todo ello, vamos a abordar unas pautas que nos ayuden a comunicar de la mejor manera posible a los niños la muerte:

  • Las personas cercanas y queridas tienen prioridad para comunicarlo. Los padres están en primer lugar, pero si no es posible, lo harán quienes se vayan a hacer cargo del menor.
  • Debemos comunicarlo lo antes posible.
  • Es preferible que se haga en un lugar íntimo dónde el niño pueda expresarse con libertad.
  • Vamos graduando los detalles, es decir, empezamos comunicando lo esencial para luego ir incluyendo más información.
  • Aclarar los aspectos fundamentales para que el niño entienda la muerte.
  • Introducir los ritos y los homenajes y dejar que, si lo desean, sean partícipes de los mismos.
  • Se pueden abordar las creencias religiosas.
  • Aclarar las responsabilidades que van a tener.
  • Contestar a todas sus preguntas en la medida de lo posible.
  • Hacer ver que el fallecido no puede ser reemplazado por nadie y que siempre lo recordaremos.
  • Hay que facilitar siempre la expresión emocional del niño y sólo lo protegeremos de emociones extremas o desbordantes.

 

Autor: Jesús García Vélez.