La importancia del dibujo infantil

Históricamente, el hombre utilizó dibujos para registrar sus sentimientos y acciones mucho antes que símbolos que registraran específicamente el habla. El ser humano ha expresado sus emociones, sentimientos, ideas religiosas y necesidades mediante el dibujo. Las personas tienden a expresar en sus dibujos, a veces en forma bastante inconsciente (y a veces, involuntariamente), una visión de sí mismos tal como son, o tal como les gustaría ser.

Por otra parte, el individuo comienza a emplear la comunicación gráfica en una época muy temprana de su vida. Los niños, primero dibujan y luego escriben.

Por lo tanto, el dibujo infantil no puede concebirse como un mero juego, no son trazos sin significado, sino que constituye una clave de acceso al interior del niño y le ayuda a estructurar su motricidad y sus relaciones. El dibujo refleja la vivencia de quien lo ejecuta y presenta una evolución constante a lo largo del desarrollo del niño.

El dibujo es una de las formas de la actividad creadora del niño que se manifiesta por primera vez alrededor de los 3 años, se va perfeccionando a través de la infancia para decrecer, posteriormente, al llegar a la adolescencia. A los 3 años el niño ya dispone de capacidad simbólica, ha estructurado la imagen de su cuerpo y sus dibujos son reflejo de lo que es su esquema corporal y sus relaciones con el mundo exterior.

Empezarán con garabatos y luego seguirán dibujando formas más reconocibles. Cuanto más dibujen los niños, mejor dibujarán, y más beneficios notarán en su desarrollo. El dibujo facilita y hace evolucionar al niño en:

  • Psicomotricidad fina.
  • Escritura y la lectura.
  • Confianza en sí mismo.
  • Expresividad de emociones, sentimientos y sensaciones.
  • Comunicación con los demás y consigo mismo.
  • Creatividad.
  • Formación de su personalidad.
  • Madurez psicológica.

¿Por qué es tan importante el dibujo infantil? El dibujo infantil favorece, como decía anteriormente, la escritura, la lectura y la creatividad. Ayuda al niño a tener más confianza en sí mismo y a expresar sus sentimientos.

El dibujo es una actividad motora espontánea que contribuye a la formación de la personalidad. Cuando un niño domina el movimiento y controla el trazado gráfico madura psicológica, motora, intelectual y afectivamente. El arte, la creatividad y la imaginación desempeñan un papel vital en la educación de los niños. Y el dibujo constituye un proceso complejo, a través del cual el niño reúne diversos elementos de su experiencia para formar un conjunto con un nuevo significado.

A través del dibujo los niños dicen muchas cosas de sí mismos. El papel garabateado va a ser su primera gran obra, un nuevo medio de comunicación y de expresión, y sobre todo un nuevo lenguaje. Además, el dibujo será la manera de conocer el estado de ánimo de los menores, ya que en él se puede observar lo que el niño siente, piensa, desea, lo que le inquieta, lo que le hace sentirse triste o alegre.

El dibujo de los niños nos aproxima a los estratos básicos que constituyen expresiones menos controladas de la personalidad del sujeto. Es un lenguaje más sincero y espontáneo y está especialmente indicado para comprender a aquellos sujetos que, por su edad, incapacidad o inhibiciones, no pueden comunicarse verbalmente. Los niños se expresan a través del dibujo de un modo franco y directo, empleando menos máscaras defensivas que los adultos. Dada la dificultad para la expresión verbal del lenguaje o alexitimia que presentan los niños, el dibujo se convierte en un arma diagnóstica clave en la entrevista con el paciente. Se podría decir que el dibujo es un relato expresado en un lenguaje no verbal, que constituye una forma de comunicación característica del niño.

 

Autor: Jesús García Vélez.